Un planeta sano empieza a construirse desde cada casa. Hacer compatible nuestra vida y la de nuestro entorno es fácil, el secreto está en aplicar cada día sencillas medidas. Aquí tienes algunas ideas pero, si se te ocurren otras, compártelas con nosotros aquí.
Al separar los residuos orgánicos e inorgánicos damos una segunda vida a los materiales y evitamos incrementos de producción.
Ten presente que el 40% de los desechos urbanos proviene de los embalajes. Cuando hagas la compra procura elegir productos con embalajes biodegradables, recuerda que el vidrio es el embalaje más amigo del entorno y no olvides llevar tu propia bolsa.
Apaga las luces al salir de una habitación y cuida que también esté apagada en aquellos lugares de la casa donde no hay nadie. Desconecta los aparatos eléctricos que no se estén usando pues sus “luces piloto” también consumen electricidad.
Si tienes máquina lavavajillas, úsala únicamente cuando esté llena al máximo y, si lavas a mano, recuerda enjabonar con el grifo cerrado. Usa la secadora solo cuando no puedas tender al aire.
En el aseo diario, mantén el grifo cerrado mientras te enjabonas y ábrelo solo para aclarar.
Revisando periódicamente la instalación de gas y las tuberías de agua evitamos posibles pequeñas fugas que consumen agua y energía sin necesidad.
Mantén el aire acondicionado programado en 24º C, estarás muy confortable, no te resfriarás y consumirás menos electricidad.
Evita los viajes en vehículo. Caminar o andar en bicicleta, además de cuidar el medio ambiente, te ayudará a estar más saludable.
Nuestro clima nos permite disfrutar de muchas horas de sol al día; deja entrar la luz natural y ahorrarás energía eléctrica. Y, si además eliges colores claros para las paredes interiores, encenderás la luz eléctrica más tarde.
Escucha música al volumen justo para disfrutarla tú sin molestar a los que te rodean.
